Xerox lleva desarrollando durante más de una década una tecnología de impresión que se diferencia de la inyección de tinta normal y de la impresión láser. La inyección de tinta sólida consiste en utilizar ceras (como cubos de plastidecor) que generan una décima parte de los residuos de una impresora láser y que ofrecen un ahorro de costes importante. Hemos probado uno de los exponentes más atractivos de esta generación, la Xerox ColorQube 8900, una impresora multifunción pensada para realizar grandes cargas de trabajo y con unas velocidades muy notables. Te contamos nuestras impresiones sobre esta máquina.
El primer punto que hay que notar es que se trata de una máquina pensada para realizar grandes volúmenes de impresión (con un ciclo de impresión máximo al mes de 120.000 páginas). Su funcionamiento está adecuado a este fin, y se pierde mucha agilidad si tenemos unos hábitos de impresión menos constantes De hecho, nos gustaría destacar su comportamiento inteligente, que aprende de nuestro uso del equipo para prepararlo en los momentos del día en los que se produzca una mayor carga de trabajo.
La tecnología utilizada para la Xerox ColorQube 8900 es la inyección de tinta sólida. Como decíamos al principio, se trata de unos cubos de cera que no son tóxicos y que generan menos residuos que la tinta normal o que las impresoras láser. Su funcionamiento requiere que la impresora se caliente para derretir la cera o resina. Eso sí, la página se enfría muy rápido y no se evidencia en ningún momento que se produzca el molesto efecto de curvatura del papel, como ocurre muchas veces con la tecnología láser.
Este tipo de impresión es muy recomendable en el caso de utilizar colores sólidos en documentos y logotipos, ya que tienen mucha vivacidad. No lo es tanto en el caso de las fotografías, ya que hemos notado que se pierde algo de detalle respecto a otras impresoras de inyección de tinta. La limpieza de estos bloques de tinta sólida es tan sencilla como retirar una bandeja y tirar los residuos restantes a la papelera. También destaca la facilidad con la que se puede acceder al interior de la máquina para solucionar cualquier atasco de papel y los avisos en pantalla sobre el lugar en el que se ha producido dicho atasco.
Pese a que el tiempo en el que se comienza a imprimir puede resultar algo lento, después se alcanzan velocidades realmente notables de hasta 44 páginas por minuto tanto en blanco y negro como en color. En las pruebas que hemos realizado se han conseguido imprimir documentos de texto a doble cara y también con mayor contenido de color en un rango de entre 20 y 30 páginas por minuto, una cifra realmente competitiva (es muy raro que se alcancen las velocidades máximas en un uso normal de la impresora).
A nivel personal, uno de los puntos que menos nos han gustado de este equipo de impresión es la interfaz. A pesar de contar con una pantalla táctil bastante grande (de siete pulgadas) se echa en falta un ordenamiento de los menús más intuitivo y accesible. En este punto, resultó más fácil dominar la interfaz de otro equipo de la compañía, la Xerox WorkCentre 6605, quizás por su mayor sencillez en las opciones disponibles. En definitiva, estamos ante un equipo muy atractivo para las empresas que tengan mucha carga de trabajo y quieran obtener documentos con una mayor vivacidad del color en logotipos o documentos gráficos. Su precio de mercado parte de los 5.000 euros.
Más info: Xerox
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