Pocos días atrás, vimos cómo Instagram adquirió la facultad de grabar y compartir videos cortos de 15 segundos en su red social, emulando lo que hace Vine desde hace poco tiempo atrás, en busca de mantenerse corriendo en una carrera donde los verdaderos protagonistas son dos compañías de gran peso:
Facebook y Twitter.
Pero esta guerra no es nueva y de hecho, se viene librando hace tanto tiempo atrás que tenemos que hacer un pequeño recuento de las batallas que se han librado hasta la fecha, donde más de alguna vez uno le ha copiado ideas al otro casi instantáneamente, en busca de robarse los elementos buenos de la competencia y mantener sus propias fortalezas en una competencia que sinceramente, no sabemos si tiene sentido.
¿Facebook contra Twitter? ¿En serio?
Como dijimos, no sabemos si esta guerra tiene sentido. Porque en esencia, Twitter se perfila como un centro de información instantánea donde los mensajes cortos de 140 caracteres y la poca información del perfil personal de cada autor son datos bastante breves, a diferencia de Facebook que elabora una “biografía” muy extensa con actualizaciones de estado largas y datos infinitos sobre cada persona que está registrada, habiendo espacio para colocar fecha de nacimiento, intereses, gustos artísticos y un largo etcétera. En Twitter ponemos nombre de usuario, nombre real, foto de perfil y ya está.
Por eso de verdad no sabemos si la pelea entre ambos es coherente: ¿por qué competirle a alguien que no amenaza tu negocio? Pese a esto, la guerra está declarada y eso se nota cuando analizamos el accionar de cada una de las empresas involucradas.
Como ejemplo, sabemos que Facebook intenta darle un golpe a Twitter a través de la sección de actualizaciones de estado. En dicho espacio comenzaron a hacer preguntas, después a involucrar hashtags, a permitir el etiquetado de amigos vía el símbolo “@”… todos elementos prestados desde Twitter. Primer round.
¿Pero por qué? ¿Qué ve Facebook en Twitter que no le gusta? Eso no lo sabemos y sólo nos remitimos a analizar lo que podemos ver: que Facebook está tomando acciones para golpear a Twitter y ahora, dicha pelea se traspasó a diferentes campos de batalla donde los móviles parecen ser área clave…
La pelea pasa al campo de los móviles
Aparte de los cambios que puedan hacer en sus portales web, lo dramático llegó cuando las redes sociales comenzaron a apoderarse hace un par de años de los smartphones y tabletas, presentando un entorno completamente nuevo y separado de lo que ocurre en PCs de escritorio.
Acá la responsabilidad recae particularmente en Instagram, servicio que fue capaz de levantar una red social completa sólo en teléfonos Apple, adquiriendo tanta importancia que Facebook se vio en la obligación de adquirirla, luego de estar pasando una crisis en el área de los móviles debido a su pésima aplicación para teléfonos y a un nulo modelo de negocios que le permitiese obtener dinero desde dicho entorno.
Como era de esperarse, tras la adquisición Twitter respondió nada menos que con la extensión de su servicio para poder subir imágenes con filtros “artísticos”, tal como Instagram. Facebook se enojó y quitó el soporte para que las actualizaciones en Twitter que incluyesen un vínculo hacia Instagram, mostraran la fotografía directamente en forma integrada en el portal del pajarito celeste. Segundo round.
El tercer round
Como dijimos al comienzo, el tercer round de este conflicto se originó, nuevamente, con la llegada de una aplicación para teléfonos móviles muy fuerte. Hablamos de Vine (propiedad de Twitter) y su posibilidad de grabar videos cortos de seis segundos para ser compartidos en su red social propia y a través de Twitter, pudiéndose editar al vuelo mientras se graba gracias a un inteligente sistema.
Y otra vez, Facebook no soportó que a Twitter se le ocurriesen las buenas ideas primero y simplemente copió el sistema de compartir videos cortos, usando a Instagram como plataforma y dejando un margen de 15 segundos en lugar de seis, integrando además la facultad de aplicar los mismos filtros “artísticos” que hicieron famoso al servicio.
Igual como pasó con las actualizaciones de estado cortas, los hashtags y el etiquetado, Facebook tomó prestada otra idea para integrarla en su red social. Y si nos ponemos exigentes, incluso podríamos decir que Instagram es un robo a Twitter, ya que gran parte del éxito de la primera empresa cuando era independiente se apoyaba en la vinculación que los usuarios hacían entre ambas plataformas, fiesta que se acabó cuando Facebook la adquirió y mató la integración.
Facebook intenta ser cool…
En definitiva, no sabemos bien cuáles son las intenciones de Facebook al robar tantas ideas desde Twitter. Sabemos que no es para establecer su dominio sobre la competencia, pues con más del doble de usuarios registrados, ya lo tienen y de hecho son por lejos la red social más utilizada del planeta.
Tampoco tiene sentido creer que en un futuro Twitter puede desplazar a la empresa de Mark Zuckerberg, ya que ambas tienen objetivos distintos y una forma de funcionar completamente diferente, por lo que en dicho sentido corren casi en carriles diferentes.
Quizás el problema aquí sea otro. Un tema de orgullo y un tema de estilo. Primero, envidia de que Twitter esté sacando buenas ideas que dañan el orgullo de una compañía que se quedó estancada en su éxito y no parece innovar, mientras que su rival por la otra vereda saca buenas ideas cada cierto tiempo. El caso de Vine es ejemplificador y tiene a Instagram como precedente, con la diferencia de que Mark Zuckerberg pudo comprar a esta última empresa, mientras que a Vine no y tuvo que descaradamente robar la idea.
La pregunta ahora es: ¿podrá Twitter innovar lo suficiente como para ser una amenaza a largo plazo? ¿Están presionando mucho los inversionistas para aquello? Mejor aún: ¿algún día Facebook comprará Twitter?
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