Lo que vino después es historia conocida: Empleados del área que se encargaba de este OS despedidos, la creación de Jolla y el desarrollo de Sailfish OS, el sistema operativo de esta nueva compañía.
Sin embargo, los dueños de N9 quedaron ahí, a su suerte. La última actualización, la PR 1.3, no logró mejorar las distintas carencias que el teléfono tenía, y el equipo fue dejado de lado sin siquiera eliminar los bugs que hasta el día de hoy lo aquejan. Es en ese escenario que surge la petición de múltiples personas que todavía usan día a día el N9.
No son pocos, y exigen que Nokia se haga responsable de solucionar problemas específicos pero fundamentales… Hablamos de un bug que eleva dramáticamente el consumo de energía en condiciones de stress del equipo, un error en el sistema de mensajería de texto, otro en las carpetas de servicios de correo IMAP, problemas en la gestión de calendario, en el uso de la galería de imágenes y videos, y — quizás — los más notorios y molestos que impiden el uso fluido de las aplicaciones de redes sociales y de otras apps nativas que colapsan y vuelven inestable al sistema.
La lista es mucho más grande, pero estos son los problemas en los que el grupo quiere que se enfoque Nokia para una futura actualización.
Nokia no ha dado una declaración al respecto; sin embargo, ellos ya aseguraron que la PR 1.3 era la última actualización que tendría el teléfono de forma oficial desde la compañía. Quizás, y ojalá no sea así, esta petición sea el último estertor de una plataforma destinada a renacer al alero de Jolla, empresa que ya ha anunciado que su plataforma no está planeada para trabajar en equipos de Nokia como el N9 de forma oficial.
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